La crisis sanitaria causada por la propagación del Coronavirus (Covid-19) ha marcado un antes y un después en la población global. Podemos decir global porque de más de 190 países que hay en el mundo, 50 países se encuentran con un elevado número de casos de detectados.
Más allá de los números en sí mismos, la pandemia por la Covid-19 está teniendo un enorme impacto en la población en general, que se ha visto afectada por las restricciones establecidas en cada país, como el cierre de fronteras, la declaración del confinamiento absoluto en los países más afectados (como China, Italia y España), el cierre de comercios y el parón general de la actividad profesional no esencial, entre otras medidas. Esto ha significado la inmovilización del sector turístico no solo por la prohibición marcada por el gobierno de mantener abiertos los establecimientos o de mantener activo el transporte de pasajeros, sino también por el pánico de las personas a exponerse al virus.
Varias fuentes profesionales del sector coinciden en que la ocupación media del mes de marzo de 2019 en comparación con la de marzo de este año ha bajado un 40%. Esta contracción cada vez está siendo más acentuada, ya que se están registrando cancelaciones a diario.
De momento no podemos saber las pérdidas económicas que tendrán que soportar los establecimientos turísticos por motivo de la Covid-19, ya que desconocemos cuánto tiempo va a paralizar el miedo a los usuarios antes de volver a viajar. Pero las dinámicas de consumo, especialmente de los viajeros, ya han cambiado completamente inducidas por la desconfianza, la austeridad y la incertidumbre.
Consecuencias
El impacto que está teniendo y que tendrá en la población esta crisis sanitaria lo hemos dividido en tres tipos, económico, social y psicológico, aunque creemos que todos ellos interactúan entre sí.
Social. Debido al confinamiento, las personas se han visto obligadas a hacerlo todo en casa, de modo que han podido ver una reducción de sus gastos y un consumo más racional. Esto puede cambiar los hábitos de consumo e inducir a una parte de la población a replantearse la costumbre previa a la crisis de acudir con frecuencia a los restaurantes.
Psicológico. Por una parte, hay que considerar el miedo y la prudencia de las personas a salir para no exponerse al virus. Por otra parte, y relacionado con lo anterior, el regreso a lo casero, a lo local y a un producto de proximidad.
Futuro
Sin embargo, desde Icnea queremos dar un mensaje de esperanza. Si miramos atrás y vemos qué sucedió durante la crisis económica de 2008, vemos que justamente los apartamentos turísticos fueron los que salieron reforzados respecto el sector hotelero, pues las familias valoraban no solo la comodidad de alojarse en una vivienda vacacional, sino también que el presupuesto global de las vacaciones era notablemente más bajo al poder comer y cenar en el apartamento y no en el restaurante.
Por lo tanto, no sería nada raro que vuelva a suceder lo mismo, y que la recuperación del sector turístico venga de la mano de nuestro ámbito, los apartamentos turísticos.
Soluciones y propuestas
Por todo esto, creemos que el mensaje que hay que dar a los viajeros es de positivismo y flexibilidad. Por ejemplo, usar políticas de cancelación más relajadas, estar abiertos a cambios de reservas de última hora para que no acaben en cancelación, animar a los clientes a reservar para fechas futuras, estar en constante contacto con el cliente, entre otras opciones.
En conclusión, plantear y definir la actuación de la empresa teniendo en cuenta la situación generada, para retomar la actividad en los próximos meses.