En las últimas semanas hemos leído un poco de todo sobre qué sucederá en el mundo del alquiler de corta estancia. Algunos son más optimistas que otros, pero en cualquier caso todos están de acuerdo en que esta pandemia mundial del Covid-19 ha transformado el turismo. Simplemente no será como antes, al menos para el resto de 2020. El hecho que no se podrá viajar a nivel internacional, al menos por el momento, representa el punto más crítico dado que en su día fue lo que hizo posible que el turismo se convirtiera en una de las industrias más importantes del mundo. Podemos decir que hemos vuelto momentáneamente a 20-30 años atrás cuando los billetes de avión eran muy caros, el turista no podía soñar con viajar lejos como en este siglo y el presupuesto destinado al turismo era limitado en favor de otras necesidades. Tras múltiples efectos de esta situación que podemos observar en el mundo del alquiler de corta estancia, uno esencial es la transformación del mismo turista. ¿A quién podremos hospedar en los próximos meses? ¿Cómo podría cambiar el perfil del huésped a corto-medio plazo?
Algunos indicios se pueden encontrar mirando el pasado aunque el tiempo sin duda ha añadido nuevos elementos, como por ejemplo, la tecnología moderna y/o la evolución de gustos, tendencias y modas. Sin embargo, tratando de imaginar a nuestro futuro huésped esperamos que probablemente reúna estas características:
- Llegue en compañía
- Llegue al alojamiento vía terrestre
- Necesite de indicaciones para saber dónde ir
- Sea turista nacional
- Preste más atención a la higiene
- Esté más predispuesto a comprar más productos locales que antes
- Sea más ruidoso de lo habitual (cuando está en la propiedad)
- Haga estancias más largas
¿Qué consideraciones podemos tener de este hipotético perfil? ¿Cómo puede un gestor de propiedades usar estas previsiones a su favor? Algunos aspectos dan cabida a prácticas de las que la empresa puede beneficiarse, tanto a nivel económico como de marca.
En primer lugar, podemos esperar que después de tanto aislamiento forzado un viajero normalmente solitario sea más propenso a optar por la compañía. En segundo lugar, si el cliente llegase en autobús o tren, tendrá la necesidad de un servicio de transfer des de la estación de llegada hasta la propiedad. En este caso, muy probablemente, también necesitará alquilar un medio de transporte para moverse durante la estancia. De modo que ofrecer un servicio de transfer y de alquiler puede representar una oportunidad interesante.
El transporte terrestre es generalmente más lento, por lo que podría ser una idea incluir u ofrecerlo como suplemento a la estancia. Los huéspedes sin duda querrán moverse por el territorio por lo que necesitarán indicaciones sobre dónde ir y sobre todo necesitarán disponer de diferentes alternativas. Pues los espacios sociales como la playa, restaurantes, etc se verán más limitados en cuanto a la capacidad de personas para respetar las medidas de precaución y distancia, de modo que podría ser más difícil acceder. Por lo tanto será bueno que el cliente pueda disponer de varias opciones. Este aspecto será un verdadero desafío dónde el gestor podrá demostrar profundo conocimiento del territorio.
También como ya hemos comentado, se tendrá que considerar que muy probablemente los huéspedes serán nacionales, vista la imposibilidad de viajar a nivel internacional, y tengan ganas de compartir sus experiencias para llegar al alojamiento con el anfitrión. Esto podría ser una buena oportunidad para dar un trato más cercano y aumentar las posibilidades de recibir una buena review.
Otra consecuencia de la pandemia Covid-19 es una mayor atención a la higiene de la propiedad y es más que probable que el huésped quiera comprobarlo cuando esté en persona. En este sentido sería conveniente dotar la propiedad de productos de limpieza y desinfección. Además, si los huéspedes solo pueden llegar al destino vía autobús, tren o coche será más fácil que compren productos locales y no traerlos desde casa. Las compañías aéreas ahora han limitado el peso del transporte de líquidos, por lo que será una buena ocasión para adquirir productos típicos locales sin demasiadas restricciones. Si un gestor se organiza bien puede hacer de esta situación una fantástica oportunidad para generar un ingreso adicional. Pero, sobre todo, apoyando al territorio local haciendo de conectores entre demanda y oferta de los productos típicos locales.
Otra consideración importante es que una parte de los huéspedes prefieren no corren riesgos saliendo por la noche y acaban socializando en casa. Esto significa que no estarán por la calle y los vecinos podrían sufrir esta decisión. Pues al estar más horas en casa pueden notar más ruido y movimiento. Anticiparse al riesgo y avisar a los vecinos de tener paciencia y tomar todas las precauciones posibles para evitar conflictos.
Por último, incluso si las restricciones disminuyen, por ahora éstas seguirán existiendo porque el turista no podrá dividir sus vacaciones en varios destinos. Más bien tendrán que escoger un destino y alargar la estancia. Ofrecer un descuento por larga estancia puede ser una buena elección por la que ayude a los posibles clientes a decantarse por vuestra propiedad.
En conclusión, aunque la situación sea crítica, el alquiler de corta estancia tiene interesantes oportunidades para explorar y potenciar la experiencia del huésped. Cosa que podría fortalecer la propia marca y aumentar los ingresos para agilizar la recuperación de este período de estancamiento.